Siempre pensé que es un poco extraño que a este período de nuestra historia se lo llame la era "posterior a la computadora personal", cuando en realidad debería llamarse la era de "la computadora más personal".
Leí una gran historia sobre un hombrecillo llamado Mister Macintosh. Ayer se cumplieron 30 años desde que Steve Jobs diseñó a este hombrecillo para que viva dentro de la computadora Macintosh cuando se lanzó. Mister Macintosh aparecía de vez en cuando, oculto detrás de un menú desplegable o asomado detrás de un ícono; su aparición era tan fugaz y ocasional que podías dudar de que fuese real.
Fue ayer que me di cuenta de que a Steve se le ocurrió la idea de vincular al hombre con la computadora ya en los comienzos de su carrera. Pero, en ese momento, la Macintosh tuvo que lanzarse sin Mister Macintosh debido a que los ingenieros estaban limitados a solo 128 kilobytes de memoria. Fue mucho después en su carrera que Steve vinculó de manera definitiva al hombre con la máquina; me refiero al lanzamiento del iPhone, el 29 de junio de 2007.
En el pasado, debido a las limitaciones técnicas, las computadoras se encontraban en espacios físicos: el automóvil, la casa o la escuela. El iPhone vinculó una computadora exclusivamente a un número telefónico, a TI.
Hasta hace poco la comunicación dependía de la ubicación. Si nos encontrábamos en la misma habitación, podíamos hablar cara a cara y si nos encontrábamos en distintas partes del mundo, podía llamar a tu oficina o enviarte una carta a tu casa. No hace mucho que comenzamos a vincular números de teléfono a identidades individuales para de realizar cómputos y comunicarnos.
Digo todo esto para demostrar que los smartphones son simplemente la culminación del recorrido que hizo Steve para identificar al hombre con la máquina, y así dar inicio a la Era de la computadora más personal.
En esta era, hay tres características que son especialmente importantes para nuestra labor en Snapchat:
1) Internet en todas partes
2) Creación de redes rápidas y fáciles de usar
3) Lo efímero
Cuando comenzamos a trabajar en Snapchat en el año 2011, solo se trataba de un juguete. En muchos aspectos aún lo es, pero como dice Eames, «Los juguetes no son tan inocentes como parecen. Los juguetes y los juegos son el preludio de las ideas serias».
No hace falta explicar por qué se usa un juguete, simplemente es divertido. Pero usar un juguete es una magnífica oportunidad para aprender.
¡Y vaya que aprendimos!
Internet en todas partes significa que la antigua concepción del mundo dividido en espacios «conectados» y «desconectados» ya no es relevante. Las redes sociales tradicionales nos exigían vivir experiencias en el mundo «desconectado», registrarlas y luego publicarlas para recrearlas y comentarlas. Por ejemplo, voy de vacaciones, tomo un montón de fotos, vuelvo a casa, elijo las mejores, las publico y hablo de ellas con mis amigos.
Esta idea de identidad que tienen las redes sociales tradicionales es en realidad bastante extremista: eres la suma de la experiencia que publicas. En otras palabras: si no hay fotos, no sucedió.
O en el caso de Instagram: si no hay fotos hermosas, no sucedió NI eres genial.
Este concepto de perfil tenía mucho sentido en la experiencia binaria de estar conectado o desconectado. El diseño recreaba mi identidad en línea, para que las personas pudieran interactuar conmigo incluso si estaba desconectado en ese momento en particular.
Snapchat cuenta con Internet en todas partes para brindar una experiencia totalmente diferente. Para Snapchat no somos la suma de todo lo que dijimos, hicimos, experimentamos o publicamos; somos el resultado. Somos lo que somos hoy, en este preciso momento.
Ya no tenemos que capturar el «mundo real» y recrearlo en línea; simplemente vivimos y nos comunicamos al mismo tiempo.
La comunicación depende de la creación de medios y está limitada por la velocidad en que esos medios se crean y se comparten. Poner emociones, sentimientos y pensamientos en paquetes de contenido para los medios, tales como el habla, la escritura o la fotografía, lleva tiempo.
De hecho, los seres humanos siempre usaron los medios de comunicación para comprenderse a sí mismos y compartir con los demás. Les ahorraré el gaélico con esta traducción de Robert Burns, «Oh, si algún poder nos diera el don de vernos como los demás nos ven».
Cuando escuché esas palabras, no pude evitar pensar en los autorretratos. O para nosotros, los mileniales: ¡la selfie! Los autorretratos nos ayudan a entender la manera en que los demás nos ven; representan cómo nos sentimos, dónde estamos y lo que estamos haciendo. Podría decirse que son la forma más popular de la autoexpresión.
En el pasado, los autorretratos naturales tomaban semanas y se requería de millones de pinceladas para completarlos. En el mundo de la creación de medios rápidos y fáciles de usar, la selfie es inmediata. Representa quiénes somos y cómo nos sentimos, en el momento.
Y hasta ahora, el proceso fotográfico era demasiado lento como para entablar una conversación. Pero con la creación de medios rápidos y fáciles de usar, podemos comunicarnos con fotos, y no solamente hablar de ellas, como lo hacíamos en las redes sociales. Cuando comenzamos a comunicarnos a través de las redes nos iluminamos. Es divertido.
La selfie es la unidad fundamental de comunicación en Snapchat porque marca la transición entre los medios digitales como autoexpresión y los medios digitales como comunicación.
Y esto nos lleva a la importancia de lo efímero en la esencia de la conversación.
Snapchat descarta el contenido para centrarse en la sensación que ese contenido te genera, y no en cómo luce. Se trata de una idea conservadora, es la respuesta natural a la transparencia extrema que le devuelve la integridad y el contexto a la conversación.
Snapchat establece expectativas que reflejan aquellas que tenemos cuando hablamos en persona.
De eso se trata Snapchat. De hablar a través del contenido, no en torno a él. Con amigos, no con extraños. De identidad vinculada al momento, ahora. De dar lugar al crecimiento, al riesgo emocional, a la expresión, a los errores, a TI mismo.
La Era de la computación más personal nos proporcionó la infraestructura técnica para una comunicación más personal. Nos sentimos muy afortunados de ser parte de esta increíble transformación.
Snapchat es un producto creado desde el corazón; esa es la razón por la que estamos en Los Ángeles. A menudo hablo con la gente sobre los conflictos entre las empresas de tecnología y las empresas de contenido. Descubrí que uno de los problemas más importantes es que las empresas tecnológicas suelen ver a las películas, la música y la televisión como INFORMACIÓN. Los directores, los productores, los músicos y los actores lo ven como una expresión. No se puede buscar, clasificar ni ver, sino EXPERIMENTAR.
Snapchat se centra en la experiencia de la conversación, no en la transferencia de información. Nos entusiasma mucho ser parte de esta comunidad.
Gracias por invitarme hoy y por ser parte de nuestro recorrido. Nuestro equipo espera con ansias poder conocerlos a todos.