Cuando empezamos con Snapchat, nos enfocamos en desarrollar una manera única, rápida y divertida de comunicarse con fotos. Aprendimos mucho en esa primera etapa. Una de las maneras en que aprendimos fue cometiendo errores, reconociéndolos y solucionándolos.
Si bien estábamos concentrados en el desarrollo, algunas cuestiones no recibieron la atención que requerían. Una de ellas fue la precisión con la que nos comunicamos con la comunidad de Snapchat. Esta mañana establecimos un decreto de consentimiento con la Comisión Federal de Comercio que se encarga de las inquietudes planteadas por dicha entidad. Incluso antes de anunciar el decreto de consentimiento de hoy, ya habíamos resuelto la mayoría de estas inquietudes en el transcurso del año al mejorar la redacción de nuestra Política de privacidad, la descripción de la app y las notificaciones "justo a tiempo" dentro de la app. Y seguimos invirtiendo con fervor en seguridad y contramedidas para evitar abusos.
Nos comprometemos a promover la privacidad de los usuarios y a otorgar a los Snapchatters el control sobre cómo y con quiénes comunicarse. Eso es algo que siempre tomamos muy en serio y que nunca cambiará.